Terapia individual

Las personas realizan consultas psicológicas por una serie de razones diferentes. Algunos lo hacen para adquirir un mayor conocimiento de sí mismos y mediante ello poder hacer mejores elecciones en su vida. Otros lo hacen porque sufren síntomas de depresión, ansiedad, miedo, dificultades de relacionamiento, problemas de autoestima y falta de confianza en sí mismos. Otras razones por las cuales se busca ayuda psicológica se deben a la pérdida de seres queridos, experiencias traumáticas o, en otros casos, al estar atravesando momentos de crisis.

También se dan casos de personas que consultan a una psicóloga para tratar de desarrollar técnicas o destrezas que les permitan manejar mejor o disminuir el estrés de la vida cotidiana, reduciendo su impacto negativo, el que puede estar asociado o ser el resultado de momentos de transición y cambios en la vida como lo son el formar pareja, casarse, ser padres, mudarse, perder el trabajo, hacer un cambio laboral, divorciarse, o padecer una enfermedad mayor.

Aunque el estrés es parte de la vida, es importante poder reconocer y disminuir los factores que generan estrés, y poder desarrollar formas saludables de combatirlo, protegiéndonos de su impacto. Una forma de hacerlo es incorporando prácticas alternativas como, por ejemplo, las técnicas de relajación , meditación, respiración y visualización.

En terapia individual trabajo con adultos y adolescentes. El proceso terapéutico ayuda a tener un mejor entendimiento de los sentimientos y emociones, relacionándolos con la propia historia del paciente y también con el momento o fase por la que está atravesando. Es importante que, como parte de este proceso terapéutico, se puedan identificar patrones que se repiten, aun en distintos tipos de relaciones y conectarlos con experiencias anteriores de la vida del paciente. Parte del proceso terapéutico es trabajar para poder modificar estos patrones repetitivos e ir incorporando en ellos aspectos positivos y sanos del paciente, utilizando sus recursos internos, para, de esa forma, poder modificar los patrones que obstaculizan el bienestar del paciente. Dependiendo de la situación y necesidades específicas de cada paciente, trabajo con terapias breves o terapias a largo plazo.